Más de un centenar de yerbateros del centro misionero decidieron suspender el inicio de la zafra de verano prevista para diciembre al alertar un panorama de insolvencia que, con el último decreto del presidente Javier Milei, deja al borde de la quiebra a cerca de 12.500 productores. La medida generó fuerte preocupación en toda la cadena productiva, ya que representa un freno en una de las actividades rurales más importantes del país.
La decisión se tomó luego de la desregulación del mercado de la Yerba Mate, que estableció, entre otros puntos, que el Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM) ya no va a intervenir fijando precios de referencia. Para los productores, esta modificación impacta de manera directa en pequeños y medianos yerbateros de Misiones, quienes dependían de esos valores mínimos para garantizar un ingreso que cubriera los costos básicos de cosecha y producción.
En ese sentido, la eliminación de los artículos de la ley que permitían fijar precios colocó a los trabajadores rurales en una fuerte desventaja frente a las grandes empresas que industrializan y almacenan stock por largos periodos. Con esta ausencia de regulaciones, los productores advierten que quedan expuestos a precios que no compensan la inversión y el esfuerzo productivo.
Trabajo a pérdida
En diálogo con El Destape, Marcel Hacklander, productor yerbatero y exintegrante del INYM, sostuvo que la decisión de no comenzar la cosecha se debe a que “los bajos precios y los altos costos nos dejan en jaque”. Además, explicó que “mediante pequeñas reuniones que se fueron llevando adelante desde hace varios días y de los 12.500 productores, seguramente más de 10.000 estamos de acuerdo en no cosechar”.
Actualmente, el kilo de yerba ronda los 285 pesos, mientras que los costos de producción se ubican cerca de los 245 pesos. Esta mínima diferencia —sumada a gastos de cosecha, transporte y mano de obra— evidencia que el trabajo se realiza prácticamente a pérdida, lo que hace imposible sostener la actividad.
La suspensión de la zafra de verano es, para los yerbateros, un llamado de alerta y un pedido urgente de revisión de las medidas que afectan al sector.




